Hace pocos días he visto dos documentales en la Noche Temática de la 2.
Son bastante interesantes, pero he querido matizarlos. Pongo los vídeos y mis opiniones sobre ellos.
https://vimeo.com/218490479
Al principio hablan de que a algunas personas les es imposible perder peso, y tratan de echarle la culpa a la falta de flora bacteriana. Yo he descubierto que las personas que no pueden adelgazar es por falta de hierro. El hierro suficiente para fabricar dos candados y ponerlos en la nevera y la despensa.
Cualquier persona que se pase el día entero comiendo toda la cantidad de sandía que le de la gana, al final del día habrá perdido peso y habrá ganado un mes de calidad de vida, y todo ello en tan sólo un día.
Otro dato que demuestra con total contundencia que no existen personas que no pueden adelgazar son los campos de trabajo nazis. Entre los miles de personas que vivían en esos campos no había ni un solo gordo.
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Otro se va al desierto a buscar plantas de ágave para darle de comer a sus microbios. Con lo fácil que es ir al mercado y llenar el carro de vegetales y frutas de la estación frescos y variados.
El presentador del documental imita a Abraham, sacrificando a su propio hijo en el altar de la ignorancia, pues sólo un completo ignorante necesita comprobar que si comes basura durante un mes estás transitando por el indefinido umbral que separa la vida de la muerte. Se cree que luego el chaval podrá recuperar el destrozo que ha producido en su intestino, pero eso es poco probable si sigue comiendo carne macerada en antibióticos y hormonas.
Luego viene la parte de humor escatológico cuando se propone un transplante de materia fecal. Llevo toda la vida diciendo que no hay que ir por la vida desinfectando todo, desde los biberones de los bebés hasta la vajilla. Eso es caro, incómodo, malo y antinatural. Lo ideal es tener un pH con el que no puedas tener una infección.
Como los trasplantes de excrementos se pondrán de moda, eso abre un futuro muy rentable para mí. Como es lógico, cuando se dispare la demanda de materia fecal, la gente exigirá heces de buena calidad. Y va a ser dificil encontrar en Europa mierda de alguien que en los últimos 50 años no haya usado antibióticos, ni siquiera plata coloidal, y que además no haya consumido carne con antibióticos ni pescado con mercurio.
Además de la variedad de mi flora intestinal, en el futuro también se tendrá en cuenta la calidad física y emocional de los microbios, y como yo nunca los he maltratado, tengo una población variada, sana y feliz. O sea, que voy a vender lo que me sobra a un precio desorbitado. Estos vídeos me han alegrado el día.
Al final del vídeo, como no podía ser de otra manera, en lo único que piensan es hacer tratamientos con pastillas que le den a la gente los bichos que le faltan. Lo que sea antes que proponer que la gente viva y coma con arreglo a su biología.
https://vimeo.com/218521757
En este vídeo hablan de la relación entre la salud intestinal y los problemas mentales. Ese tema ya lo expuse en mi libro hace 9 años. La inflamación crónica del intestino y los hongos cándida producen síntomas que los ignorantes con bata blanca confunden con problemas psiquiátricos, y se dedican a drogar y envenenar al ignorante enfermo que ha tenido la desastrosa idea de ir a su consulta.
Espero que los que vean este vídeo comprendan que eso de estar usando todos los días lejía, salfumán, insecticidas, jabones, geles desinfectantes, etc., no es una buena idea.
El investigador se pregunta si los niños que viven cerca de un parque desarrollarán menos asmas o alergias. Yo le respondo: si no se vacunan ni toman lácteos, no tendrán ninguna alergia, y mucho menos asma.
Los vídeos ponen mucho énfasis en las bacterias que faltan en el intestino para que todo funcione perfectamente, pero no hablan que el exceso de algunos bichitos produce muchos problemas. Por ejemplo, después de que las vacunas y los antibióticos hayan arrasado la microbiota, se produce una proliferación excesiva de los hongos cándida, que son precursores de muchas enfermedades autoinmunes, que a su vez constituyen la plaga más destructiva del siglo XXI.
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