Cuando cualquier dolor o enfermedad se vuelven crónicos o no responden adecuadamente a los tratamientos naturales, hay que explorar la posibilidad de que el enfermo tenga focos en la boca o las amígdalas que sean los causantes o, como mínimo, los detonantes de esa situación. Entre las cosas que pueden desencadenar el problema y que no se deben descartar hasta no estar seguros, están las siguientes:
-Inflamación crónica o focos de pus en las amígdalas.
-Amalgamas o materiales de relleno con efectos tóxicos en los dientes.
-Fundas o puentes de diferentes metales: una batería eléctrica no es sino la conjunción de varios metales diferentes; esto produce un foco de irritación constante a causa de las corrientes eléctricas que produce.
-Dientes desvitalizados o muertos.
-Quistes o focos de pus en las encías.
-Raíces de muelas o dientes en descomposición que generan toxinas peligrosísimas, impidiendo la curación de cualquier enfermedad.
-Cualquier campo de irritación en el área del trigémino.
-Muelas del juicio aprisionadas, retenidas o ejerciendo presión sobre las otras.
-Inflamación crónica o focos de pus en las amígdalas.
-Amalgamas o materiales de relleno con efectos tóxicos en los dientes.
-Fundas o puentes de diferentes metales: una batería eléctrica no es sino la conjunción de varios metales diferentes; esto produce un foco de irritación constante a causa de las corrientes eléctricas que produce.
-Dientes desvitalizados o muertos.
-Quistes o focos de pus en las encías.
-Raíces de muelas o dientes en descomposición que generan toxinas peligrosísimas, impidiendo la curación de cualquier enfermedad.
-Cualquier campo de irritación en el área del trigémino.
-Muelas del juicio aprisionadas, retenidas o ejerciendo presión sobre las otras.
Comentarios recientes