El chivo expiatorio del gluten

Hay productos que se ensalzan sin motivo y otros se criminalizan exageradamente. Las modas van cambiando y van poniendo en la diana ciertos productos, que con el tiempo a veces pasan de un extremo al otro de la balanza. Todavía me acuerdo cuando decían que el aceite de oliva producía colesterol, y 40 años después ayuda a corregirlo. El chiste es más gracioso cuando se sabe que no hay colesterol bueno o malo, y que lo único peligroso es el tratamiento con estatinas.

El verdadero problema es que los profesionales de la enfermedad ni son capaces de razonar en segundo grado, ni vislumbran las consecuencias de sus propuestas. Cogen la lista de productos malos de moda y arrasan con ellos hasta los cimientos.

La lista de productos malos de los nutricionistas no tiene en cuenta si son buenos o malos para la salud. Lo más importante es saber si engordan, si crean intolerancias o producen síntomas. En vez de solucionar la causa primera que produce los problemas, se cambian los productos que producen los síntomas por sucedáneos, aunque los últimos sean mucho peores para la salud.

Un ejemplo claro es el azúcar. A nadie le importa que el azúcar sea un tóxico que crea adicción, el azúcar dicen que es malo porque comido en cantidades industriales engorda. La solución que proponen es edulcorar miles de productos con aspartamo. Como el aspartamo no engorda, de repente se convierte en un producto sano, que deje a gente paralítica o que haga agujeros en el cerebro a nadie le importa, lo que interesa es que no engorde. En el colmo de la estupidez, en las dietas para adelgazar recomiendan poca fruta y que no sea dulce, pues la inteligencia de los nutricionistas no es capaz de imaginar que la fructosa de la fruta no engorda, cosa que se puede comprobar comiendo 5 Kg de fruta al día durante una semana, y ver que se pierden kilos y se gana salud y vitalidad.
La gente tiene miedo a poner un buen chorro de aceite de oliva en la comida, en cambio, no se les ve asustados cuando comen salchichas o hamburguesas, de las que la mitad son grasas saturadas. Ello es debido a que el lavado de cerebro es selectivo. El hecho de celebrar los cumpleaños de los niños en hamburgueserías con todos sus amiguitos, es un claro ejemplo de estupidez e irresponsabilidad de los padres, cuyo cerebro ha sido sometido a un programa largo de lavado y centrifugado.

Vamos al tema del gluten que es lo anunciado en el título.

Tanto a mí como al 99% de amigos y conocidos el gluten no les produce ningún problema en absoluto. Ello es debido a que no sufren ninguna enfermedad autoinmune, ni hongos cándida, con la terrible consecuencia del intestino permeable. Todos ellos comen gluten todos los días sin que ello les cause el más mínimo síntoma.

Lógicamente, los enfermos de la plaga del siglo XXI (las enfermedades autoinmunes) no pueden comer gluten. Ante esta situación hay dos soluciones totalmente diferentes:

1 – Hacer caso a los médicos y ser un enfermo con una dieta muy restrictiva de por vida.

2 – Restaurar la salud original, curarse de esas enfermedades y luego hacer una vida sana y normal.

A todas estas personas les han dicho que nunca se curarán, y las tiendas de productos de régimen hacen su agosto. La realidad es que podrían recuperar su salud en menos de un año, salvo contadas excepciones, pero no es menos realidad que no lo va a hacer ni 1 de cada 10.000. La mentalidad de la especie humana desde hace milenios está abducida por sus defectos, que se pueden resumir escuetamente en los dos principios siguientes:

El mejor amigo del hombre no es el perro, sino el chivo expiatorio.
Errar es humano, pero echarle la culpa a otro es más humano todavía.

Pereza, desidia e irresponsabilidad con todo su esplendor.

Los bichos raros que quieran curarse lo tienen fácil: tienen que hacer dieta cruda compuesta por frutas, vegetales, legumbres germinadas, semillas y aceites de semillas de primera presión en frío, respetando las compatibilidades. No pueden comer nada de lo que no he escrito y, por supuesto, no pueden tomar medicamentos. La dieta propuesta ya lleva implícito que no hay gluten, pues los cereales que contienen gluten no se pueden comer crudos.

Los que crean que no van a soportar dicha dieta (que serán todos los enfermos menos uno), pueden hacer una dieta más soportable con la que se pueden curar, aunque tardarán más, pero más vale tarde que nunca. A la dieta cruda le puede añadir arroz integral hervido con agua destilada, el resto todo crudo. O sémola de maíz de confianza, o tortitas a la plancha con harina de ese maíz. O trigo sarraceno hervido con agua, o tortitas de trigo sarraceno, que se pueden aderezar con mayonesa de aguacate. Con estos ingredientes matarán el hambre y harán la recuperación de la salud más soportable.

Un ejemplo de tortitas de trigo sarraceno:

Crepes 0,0: sin huevos, sin leche, sin harina y sin gluten

 

Se ha puesto de moda la dieta paleo, que al evitar el gluten hace que los enfermos se encuentren mejor, pero esa dieta no sirve para recuperar la salud, sólo sirve para cronificar la enfermedad con menos molestias.

Recuperar la salud y poder comer gluten es importante. Resumo los motivos con los siguientes razonamientos:

En una dieta sana sólo se pueden comer cereales, semillas, pocas legumbres, vegetales, frutas y aceites de calidad. Todo ello sin cometer incompatibilidades. Si a esta dieta, que la mayoría considera muy restrictiva y poco placentera, le quitamos los cereales con gluten, que son casi todos, no la soporta casi nadie. La gente empieza a hacerla y a los 3 meses se pasan a los chorizos y las salchichas. Después de miles de años comiendo pan todos los días, hay pocas personas que viven felices sin probarlo.

No importa lo perfecta que pueda ser una dieta, si la gente no es feliz con esa dieta y no se siente a gusto, acabará cambiando la dieta y volviendo a la comida basura. Siempre recomiendo que se hagan las cosas bien al 80% durante toda la vida y no al 100% durante pocas semanas.

Las principales causas de la plaga de enfermedades autoinmunes son las vacunas y los antibióticos. También hay que incluir las hormonas y antibióticos que se usan en la cría del ganado y que acaban en el estómago de la especie de bípedos hecha a imagen y semejanza de Dios, o eso dicen.

El problema viene de los otros antígenos que se inyectan con las vacunas (restos de cultivos animales y humanos, adyuvantes, etc.).

Al igual que el antígeno “patógeno”, todos los antígenos incontrolados que contienen las vacunas inducen anticuerpos. Eso convierte a las vacunas en una ruleta rusa de reacciones autoinmunes, ya que cualquiera de esos anticuerpos aleatorios puede terminar atacando los tejidos del paciente dando lugar a enfermedades crónicas que la medicina considera incurables, aunque como he dicho esté chupado curarlas.

Adjunto unos estudios que demuestran lo dicho:

Molecular mimicry in autoimmunity and vaccinations – Autoimmunity – NCBI Bookshelf

Molecular Mimicry: The Unseen Risk in Vaccines

Predicting post-vaccination autoimmunity: who might be at risk?

En el colmo de la hipocresía, el Bill Gates que va vacunando todo lo que se mueve, y las familias acaudaladas de los Estados Hundidos no vacunan a sus hijos. Son criminales pero no son tontos.

Bill Gates and the World’s Elite DO NOT VACCINATE their own children… and for good reason